Se utilizan calderas donde el material se quema poco a poco, lo que genera también cenizas que pueden ser usadas posteriormente como abono. Si se instala un acumulador, se puede almacenar el calor sobrante generado.
Generalmente para generar calor, y a nivel industrial en ocasiones para electricidad, aunque es un proceso más laborioso. Se pueden instalar calderas de biomasa en las viviendas, para obtener calefacción (por suelo radiante) y calentar agua.
Así, la biomasa resulta una fuente de energía renovable más barata, segura y eficiente, con menos emisiones y que contribuye al mantenimiento de los bosques o al reciclaje de residuos agrícolas.
No hay que olvidar que esta materia orgánica ha de obtenerse de forma controlada y sostenible.
El empleo de la biomasa como fuente alternativa de energía limpia se ha visto considerablemente ayudado por una serie de factores:
Por estas razones son muchos los países que optan por hacer uso de centrales de biomasa, siendo Europa el principal foco de actuación con las cinco centrales más grandes del mundo en Inglaterra, Polonia y tres en Finlandina.
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